19 AL 21 DE OCTUBRE DE 2018
X JORNADAS DE LA NEL
Bibliografía

Jacques Lacan

Referencias en la obra de Jacques Lacan

  • Lacan, J. (2010). El Seminario, Libro 1, Escritos Técnicos de Freud. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (1988). El Seminario, Libro 2, El Yo en la Teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (2004). El Seminario, Libro 3, Las Psicosis. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (1994). El Seminario, Libro 4, La relación de objeto. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (2011). El Seminario, Libro 5, Las formaciones del Inconsciente. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (2014). El Seminario, Libro 6, El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (2008). El Seminario, Libro 16, De un Otro al otro. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (2004). El Seminario, Libro 17, El Reverso del Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (2009). El Seminario, Libro 18, De un discurso que no fuera de semblante. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (2008). El Seminario, Libro 20, Aún. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (1973-74). El Seminario, Libro 21, Les non-dupes errent, inédito, Clase 10. Lacan, J. (2006). El Seminario, Libro 23, El sinthome. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (1975). Conferencia en la Universidad de Columbia. CD Lacan, RD ediciones.
  • Lacan, J. (2012). "El atolondradicho", Otros escritos, Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J. (1985). 'Juventud de Gide o la letra y el deseo', Escritos II, Siglo XXI Editores.
  • Lacan, J. (1985). 'La significación del falo', Escritos II, Siglo XXI Editores.
  • Lacan, J. (1985). 'Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina', Escritos II, Siglo XXI Editores.
  • Lacan J. Seminario, Libro XXIV, La una equivocación, Lección del 16 de noviembre de 1976, Inédito.
  • Lacan J. (2012). 'Televisión', Otros Escritos, Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, Jacques. 'Desescolage, El cartel en el Campo freudiano, Cuadernos de psicoanálisis, Buenos Aires, Eolia, 1991.
  • Lacan, J. (2002) Intervenciones y textos 1. Buenos Aires: Manantial.

 

Citas de referencias en la obra de Jacques Lacan

Lacan, J., (1984.) El Seminario, Libro 3, Las psicosis, Barcelona: Paidós.

(p. 254.)

"Volverse mujer y preguntarse qué es ser mujer son dos cosas esencialmente diferentes. Diría aún más, se pregunta porque no se llega a serlo y, hasta cierto punto, preguntarse es lo contrario de llegar a serlo. La metafísica de su posición es el rodeo impuesto a la realización subjetiva en la mujer. Su posición es esencialmente problemática y, hasta cierto punto, inasimilable."

Lacan, J., (1994) El Seminario, Libro 4, La relación de objeto, Buenos Aires: Paidós.

(p. 31)

"La relación imaginaria, sea cual sea, está modelada en base a una determinada relación que es efectivamente fundamental - la relación madre-hijo, con todo lo que tiene de problemática. Sin duda esta relación es como para dar la idea de que se trata de una relación real, y en efecto, ahí se dirige en la actualidad toda la teoría de la situación analítica"

(p.59)

"..para la madre siempre está el falo, la exigencia de falo que el niño simboliza o realiza más o menos. Por su parte, el niño en relación a su madre, no tiene ni idea"

(p.69)

"La madre es algo distinto del objeto primitivo…Este par presencia-ausencia, articulado de forma extremadamente precoz por el niño, connota la primera construcción del agente de la frustración, que en el origen es la madre."

(p.71)

"Lo que cuenta, van a ver, son las carencias, las decepciones que afectan a la omnipotencia materna"

(p. 321)

"…se le revela al niño como la privación fundamental con la que está marcada la imagen de la madre. Esta privación es intolerable, porque a fin de cuentas, de ella depende el hecho de que el niño aparezca como amenazado por la castración suprema, es decir, no poder colmar a la madre de ningún modo. Y es a esta privación a lo que el padre debe aportar algo"

(p. 369)

"La castración materna - lo veremos en la descripción de la situación primitiva - implica para el niño la posibilidad de la devoración y del mordisco. Hay anterioridad de la castración materna, y la castración paterna es un sustituto suyo…Esta última no es tal vez menos terrible, pero es sin duda más favorable que la otra, porque es susceptible de desarrollos, lo cual no ocurre con el engullimiento y la devoración por parte de la madre."

Lacan, J., (2011) El Seminario, Libro 5, Las formaciones del inconsciente, Buenos Aires: Paidós.

(p.177)

"Por otra parte, ¿qué es lo que prohíbe, el padre? Este es el punto de donde hemos partido ---prohíbe la madre. En cuanto objeto, es suya, no es del niño….en este plano es donde se establece tanto en el niño como en la niña, aquella rivalidad con el padre que por sí misma engendra una agresión. El padre frustra claramente al niño de su madre"

(p.189)

"Observemos este deseo del Otro, que es el deseo de la madre y que tiene un más allá. Ya sólo para alcanzar este más allá se necesita una mediación, y esta mediación la de precisamente la posición del padre en el orden simbólico"

(p.197)

"Lo esencial es que la madre fundamenta al padre como mediador de lo que está más allá de su ley, la de ella, y de su capricho, a saber, pura y simplemente, la ley propiamente dicha."

(p. 211)

"Mi esquema de la última vez sólo quiere decir esto, que este mensaje del padre, al encarnarse, puede producir la subida de un nivel en el esquema, y así el sujeto puede recibir del mensaje del padre lo que había tratado de recibir del mensaje de la madre."

(p.336)

"Lo que llamamos en esta ocasión deseo de la madre es aquí una etiqueta, una designación simbólica de lo que constatamos en los hechos, a saber la promoción correlativa y quebrada del objeto del deseo en dos mitades irreconciliables."

Lacan, J., El Seminario, Libro 6, El deseo y su interpretación, Buenos Aires: Paidós,

(p.41)

"Durante esos juegos, lo que la madre revela al niño es justamente la función del símbolo como revelador. Al hacer desaparecer y reaparecer algo, su propio rostro, escindiendo y luego descubriendo la cara del niño, la madre le revela la función reveladora…. Allí se realizan las primeras identificaciones con lo que llegado el caso, se denomina la madre como todopoderosa."

Lacan, J., (2006,).El Seminario, Libro 10, La angustia, Buenos Aires: Paidós.

(p. 196.)

"Sea como sea, si la mujer suscita mi angustia, es en la medida en que quiere mi goce, o sea, gozar de mí. Esto, por la muy simple razón (…) de que no hay deseo realizable que no implique la castración. En la medida en que se trata de goce, o sea, que ella va por mi ser, la mujer sólo puede alcanzarlo castrándome."

(p. 200)

"Una mujer demuestra ser superior en el dominio del goce, porque su vínculo con el nudo del deseo es mucho más laxo. La falta, el signo menos con el que está marcada la función fálica para el hombre, y que hace que su vínculo con el objeto deba pasar por la negativización del falo y el complejo de castración –el estatuto del (-φ) en el centro del deseo del hombre–, he aquí algo que no es para la mujer un nudo necesario."

(p. 207.)

"En verdad, lo que nos importa es captar el vínculo de la mujer con las posibilidades infinitas o, más bien, indeterminadas del deseo en el campo que se extiende a su alrededor. Ella se tienta tentando al Otro (…) cualquier cosa le sirve para tentarlo, cualquier objeto, aunque para ella sea superfluo… Es el deseo del otro lo que le interesa."

(pp. 207-208)

"… el masoquismo femenino es un fantasma masculino …En este fantasma, y en relación a la estructura masoquista imaginada en la mujer, es por procuración como el hombre hace que su goce se sostenga mediante algo que es su propia angustia. Es lo que recubre el objeto. En el hombre, el objeto es la condición del deseo. El goce depende de esta cuestión. Ahora bien, el deseo, por su parte, no hace más que cubrir la angustia."

Para la mujer, el deseo del Otro es el medio para que su goce tenga un objeto, si puedo expresarme así, conveniente. Su angustia no es sino ante el deseo del Otro, del que ella no sabe bien, a fin de cuentas, qué es lo que cubre. (…) en el reino del hombre siempre está presente algo de impostura. En el de la mujer, si hay algo que corresponda a esto, es la mascarada."

(pp. 209-210.)

"Don Juan es un sueño femenino (…) se trata de una pura imagen femenina. (…) El prestigio de Don Juan está ligado a la aceptación de dicha impostura. Él está ahí siempre en el lugar de otro. Es, por así decir, el objeto absoluto. Observen que no se dice en absoluto que él inspire deseo. Si se desliza en la cama de las mujeres, está ahí no se sabe cómo. Incluso se puede decir que él mismo tampoco lo tiene. Está en relación a algo frente a lo cual debe cumplir con cierta función. Llámenlo odore di femina y nos llevará lejos. (…) Hay que decirlo, no es un personaje angustiante para la mujer. Cuando sucede que una mujer siente que es verdaderamente el objeto en el centro de un deseo, pues bien, créanme, de esto es de lo que en verdad huye."

(pp. 218- 219.)

"Resulta que las mujeres hablan. Habrá quien lo lamente, pero es un hecho. Ella, por lo tanto, también quiere el objeto, e incluso un objeto tal como el que ella no tiene. Esto es ciertamente lo que Freud nos explicó, su reivindicación del pene seguirá vinculada hasta el final a la relación con la madre, o sea, con la demanda. En la mujer, el objeto a se constituye en dependencia respecto a la demanda. Ella sabe muy bien que, en el Edipo, no se trata de ser más fuerte, más deseable que la madre – porque enseguida se da cuenta de que el tiempo está de su lado –, sino de tener el objeto."

(p. 221)

"El –φ es el vacío de la vasija, la misma que define al Homo faber. Mientras que la mujer es primordialmente una tejedora, el hombre, sin duda, el alfarero. Incluso ya sólo por este lado, en la especie humana, tiene fundamento aquel estribillo –como nos dicen, el hilo es para la aguja como la chica para el muchacho. Referencia que pretende ser natural. No es tan natural. La mujer se presenta, sin duda, con la apariencia de la vasija, y evidentemente es esto lo que engaña al partenaire, al Homo faber en cuestión, el alfarero. Él se imagina que esta vasija puede contener el objeto de su deseo."

(p. 287)

"Sin el análisis, ¿de qué modo puede la mujer superar su Penisneid, si lo suponemos ahí implícito? Lo conocemos muy bien, es la forma más ordinaria de seducción entre los sexos – es ofrecer al deseo del hombre el objeto de la reivindicación fálica, el objeto de no detumescencia para sostener su deseo, o sea, hacer de sus atributos femeninos los signos de la omnipotencia del hombre."

Lacan, J (2008) El seminario. Libro 16, De un Otro al otro. (pp. 24) Buenos Aires: Paidós.

(p. 140)

"Se dice que gozar de la madre está prohibido, pero no es ir bastante lejos. Lo que tiene consecuencias es que el gozar-de- la-madre está prohibido. Todo se ordena a partir de este enunciado primero, como se ve bien en la fábula, donde nunca el sujeto, Edipo, pensó que gozaba de la madre, sabe Dios debido a qué distracción."

(p.20)

"Si hay un punto en el análisis en el que se sostiene tranquilamente lo que les señalé, que no hay relación sexual, es en que no se sabe qué es la Mujer."

(p.208)

"Por ahora no se trata de saber si las mujeres están reprimidas, se trata de saber si la Mujer lo está, en tanto tal y, por qué no, para ella misma, por supuesto. Este discurso no es androcéntrico La Mujer en su esencia, si es algo, y no sabemos nada al respecto, está tan reprimida para la mujer como para el hombre. Y lo está doblemente. En primer lugar porque el representante de su representación está perdido, no se sabe qué es la Mujer. Y porque, a continuación, si se recupera este representante, es objeto de una Verneinung. ¿Qué es sino una denegación atribuirle como carácter no tener lo que precisamente nunca se trató de que tuviera?"

(p.211)

"Lo importante es que algo aquí se parece a la Cosa, esa Cosa que hice hablar en su tiempo con el título 'La Cosa freudiana'. Por eso le damos rasgos de mujer cuando en el mito la llamamos la Verdad. Solo que no hay que olvidar, y ese es el sentido de estas líneas en el pizarrón, que la Cosa seguramente no es sexuada. Es probable que esto sea lo que permite que hagamos el amor con ella, sin tener la menor idea de lo que es la Mujer como Cosa sexuada [….] Si me ocupé en mi seminario sobre la ética de dar un lugar importante al amor cortés, fue porque este me permitía plantear que la sublimación concierne a la mujer en la relación amorosa a costa de constituirla en el nivel de la Cosa."

(p.288)

"El seno define la relación subjetiva tal como conviene instituirla en la relación del niño con la madre. Su rol amboceptor entre ambos es en realidad su papel preponderante. Es como objeto a, como ser adherido a su pared, como el niño-sujeto se articula, como su mensaje es recibido por la madre y le es respondido. Pueden ver que lo que se pide con los significantes, el seno por ejemplo, que es nuestro tercer término, se enlaza con este otro elemento a, la voz"

(p.253)

"La histérica supone que la mujer sabe lo que quiere, en el sentido de que ella lo desearía. Por eso la histérica solo logra identificarse con la mujer a costa de un deseo insatisfecho."

Lacan, J (2004) El Seminario, Libro 17, El Reverso del Psicoanálisis. (pp. 35) Buenos Aires: Paidós.

(p. 35)

"Lo que la histérica quiere, en el límite, que se sepa, es que el lenguaje no alcanza a dar la amplitud de lo que ella, como mujer, puede desplegar con respecto al goce."

(p .83)

"La mujer le permite al goce osar llevar la máscara de la repetición. Se presenta aquí como lo que es, como institución de la mascarada. Le enseña a su pequeño a pavonearse. Conduce hacia el plus de goce porque ella, la mujer, como la flor, sumerge sus raíces en el mismo goce.

Los medios del goce se abren con este principio, que él haya renunciado al goce cerrado y extraño, a la madre."

(p. 118)

"El papel de la madre es el deseo de la madre. Esto es capital. El deseo de la madre no es algo que pueda soportarse tal cual, que pueda resultarles indiferente. Siempre produce estragos. Es estar dentro de la boca de un cocodrilo, eso es la madre. No se sabe qué mosca puede llegar a picarle de repente y va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre."

Lacan, J., (2009), El Seminario, Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante, Buenos Aires: Paidós.

(p. 64)

"Lo que muestra el mito del goce de todas las mujeres es que no hay todas las mujeres. No hay universal de la mujer. Esto es lo que plantea un cuestionamiento del falo, y no de la relación sexual, respecto de lo que ocurre con el goce que aquel constituye, puesto que dije que era el goce femenino."

(p. 65)

"… una mujer no tiene testimonio de su inserción en la ley, de lo que suple a la relación, más que por el deseo del hombre."

(pp. 98-99.)

"No es indiferente que haya partido del texto de La carta robada, porque si esta carta puede, llegado el caso, tener esta función feminizante, es que el mito escrito, Tótem y tabú esta hecho exactamente para indicarnos que es impensable decir La mujer. ¿Por qué es impensable? Porque no puede decirse todas las mujeres. No puede decirse todas las mujeres porque esto solo se introduce en este mito en nombre de que el padre posee a todas las mujeres, lo que es manifiestamente el signo de una imposibilidad."

(pp. 33-34.)

"La identificación sexual no consiste en creerse hombre o mujer, sino en tener en cuenta que hay mujeres, para el muchacho, que hay hombres, para la muchacha. (…) Para los hombres, la muchacha es el falo, y es lo que los castra. Para las mujeres, el muchacho es la misma cosa, el falo, y esto es lo que las castra también porque ellas solo consiguen un pene, y que es fallido. (…) Ciertamente es más fácil para el hombre enfrentar cualquier enemigo en el plano de la rivalidad que enfrentar a la mujer, por cuanto ella es el soporte de esta verdad, el soporte del hecho de que hay semblante en la relación del hombre con la mujer."

(p.161)

"El matriarcado consiste esencialmente en que, en lo que hace a la madre, no hay duda respecto de la producción. Llegado el caso, se puede perder a la madre en el subterráneo, por supuesto, pero, en fin, no hay duda sobre quién es la madre. Tampoco hay ninguna duda sobre quién es la madre de la madre. Y así sucesivamente. La madre, en su linaje, diría yo, es innumerable. […] Por más que el linaje materno esté necesariamente en orden, no se lo puede hacer partir de ninguna parte."

Lacan, J., (1985). El Seminario, Libro 20, Aun, Barcelona: Paidós,

(p.44)

"Un hombre no es otra cosa que un significante. Una mujer busca a un hombre a título de significante. Un hombre busca a una mujer a título — esto va a parecerles curioso — de lo que no se sitúa sino por el discurso, ya que si lo que propongo es verdadero, a saber, que la mujer no toda es, hay siempre algo en ella que escapa al discurso."

(p. 47.)

"Para ese goce de ser no-toda, es decir, que la hace en alguna parte ausente de sí misma, ausente en tanto sujeto, la mujer encontrará el tapón de ese a que será su hijo."

"Si hay un discurso que lo demuestra es el discurso analítico, por poner en juego lo siguiente, que la mujer no será nunca tomada sino quo ad matrem. La mujer no entra en función en la relación sexual sino como madre."

(p.78)

" […] — que del lado de la mujer — pero marquen ese la con la barra oblicua con que designo lo que debe tacharse — del lado de La mujer, está en juego otra cosa, y no el objeto a, en lo que viene a suplir esa relación sexual que no es."

(p.89)

"No deja de ser cierto, sin embargo, que si la naturaleza de las cosas, la excluye, por eso justamente que la hace no toda, la mujer tiene un goce adicional, suplementario respecto a lo que designa como goce la función fálica."

(p.90)

"Hay un goce, ya que al goce nos atenemos, un goce del cuerpo que está, si se me permite […] Más allá del falo."

(p. 145)

"Lalengua sirve para otras cosas muy diferentes de la comunicación. Nos lo ha mostrado la experiencia del inconsciente, en cuanto está hecho de lalengua, esta lalengua que escribo en una sola palabra, como saben, para designar lo que es el asunto de cada quien, lalengua llamada, y no en balde, materna."

Lacan, J.,(2012.) "El atolondradicho", Otros escritos, Buenos Aires: Paidós,

(p. 489.)

"… la elucubración freudiana del complejo de Edipo, que hace de la mujer pez en el agua, por ser la castración en ella inicial (Freud dixit), contrasta dolorosamente con el hecho del estrago que en la mujer, en la mayoría, es la relación con la madre, de la cual parece esperar como mujer más sustancia que de su padre –lo que no va con su ser segundo en ese estrago."

(pp. 490-491.)

"Decir que una mujer no es toda es lo que el mito nos indica por ser ella la única cuyo goce sobrepasa a aquel que surge del coito. Es también por lo cual ella quiere ser reconocida como única (la seule) por la otra parte: no se sabe sino en demasía." Pero es también donde se capta lo que hay allí que aprender, a saber que si se satisface ahí la exigencia del amor, el goce que se tiene de una mujer la divide, haciendo de su soledad partenaire, mientras que la unión queda en el umbral. Entonces cómo reconocería el hombre servir mejor a la mujer de la que quiere gozar si no es devolviéndole ese goce suyo que no la hace toda suya: por en ella re-suscitarlo."

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