19 AL 21 DE OCTUBRE DE 2018

GRAN HOTEL CIUDAD DE MÉXICO | CDMX, MÉXICO

Jornadas NEL

Jornadas NEL



LaLeo #30

Editorial

Gladys Martínez
 

A un paso corto de tener las maletas listas para dirigirnos a lo que promete este encuentro extraordinario de las X Jornadas de la NEL continúan llegando contribuciones para alimentar vitalmente esta travesía preparatoria que ha constituido el palpitar de LaLeo. 

Como estas jornadas son para no perdérselas, se encuentran los pasos de inscripción para estos últimos días, ya que aún no se cierran los cupos disponibles. En sólo 4 pasos y a la vuelta de un click aún hay tiempo para ser parte de un acontecimiento de Escuela de resonancias memorables. También encontrarán actualizado el enlace que conduce al programa de las Jornadas para armar la agenda personalizada. Y por supuesto, el recordatorio de una fiesta en grande, que dará de qué hablar.

Paso seguido, Susana Schaer propone una nueva lectura del caso de Anna O con clave de lectura del Seminario 23 de Lacan. Apoyada en conceptos como nominación, creación, invención y feminidad, hace un giro inesperado para re-pensar el tratamiento de Bertha Pappenheim y su desenlace como L'Èvie del psicoanálisis.  

Y ya que los artistas nos llevan siempre la delantera, en DialogArte Mayela Villagrán nos da a leer un impactante poema de Rosario Castellanos, escritora mexicanaEncontrando los hilos para hablar de ese intersticio entre mujer y madre y  tomando los aportes de Marcelo Barros, nos deja resonando que la llegada del niño se muestra como algo que no es natural y que siempre es de linaje de milagro, fasto o nefasto. Cada mujer se verá abocada a inventar qué hacer con ello.

Para finalizar, el Acompañamiento musical que nos regala Edna Elena Gómez Murillo, es conmovedor por varios matices: porque vientre es acogimiento y vida, porque lo materno es posibilidad de nacimiento, porque despedir lo entrañable duele y porque la voz que lo transmite, ha partido con honores de poeta. 

Disfruten la música, disfruten la lectura, que México y la Escuela nos esperan.

 

Comisión Boletín LaLeo: Ana Viganó (responsable), Ma. Victoria Clavijo, Gladys Martínez

 


En este número:

1. En la recta final

PROGRAMA

INSCRIPCIONES ÚLTIMOS DÍAS

FIESTA

2. "Mujer, madre y nominación. Bertha, L'Èvie del Psicoanálisis.
Por: Susana Schaer, asociada NEL-Delegación La Paz

3. 
DialogArte
"Se habla de Gabriel"
Por: Mayela Villagran, estudiante CID Guatemala.


4. Acompañamiento musical
"Adiós a la mamá", de Charles Aznavour.
Por: Edna Elena Gómez Murillo, miembro NEL-CdMx

 


 

PROGRAMA



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INSCRIPCIONES ÚLTIMOS DÍAS 







 



FIESTA !





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"Mujer, madre y nominación. Bertha, L'Èvie del Psicoanálisis"
 



Por: Susana Schaer.  Asociada- Delegación La Paz


"Adam era una madam", tal es la broma que realiza Joyce en su Ullyses y que Lacan retoma en su seminario XXIII, El sinthome, para referirse a la creación, la nominación y lo femenino. Plantea Lacan en este seminario que la tarea de nominación que realiza Adán, sería una tontería si éste no hablara la lengua de L'Èvie. Luego de esta labor que redobla la Creación llamada divina, l'Èvie, muy rápida y suelta de lengua, es la primera que hace uso de la misma y lo hace para hablar con la serpiente. Ella es quien desde su falta, falla, pecado, sin, justamente desde allí,  lanza tales nombres al disco rayado de la significación fálica y con eso, se clasificará, se calificará, se elaborará, su entrada a un discurso, introduciendo un imposible necesario cuya falla no cesa, más bien se agranda, dirá Lacan, salvo que experimente el cesa de la castración como posible.

Tal como lo señala Lacan, lo femenino parece jugar un rol fundamental en cuanto al origen de las cosas. De ello no está exento el psicoanálisis, en el que contingencias y encuentros constituyeron las coordenadas del advenimiento del mismo.

Es significativo el nombre que Breuer y Freud dieron a Bertha, A-nna O, que no deja de evocarnos el nacimiento, el origen señalado en la primera letra del abecedario con el que comienza su nombre, como también la letra O, que nos recuerda al cero, el conjunto vacío, lo que hace borde, lo que hace ex - sistir. 

Josef Breuer médico de la familia Pappenheim, atiende a Bertha por una tos que él diagnostica como histérica. Observador minucioso de los síntomas y situaciones que se suscitaban con su paciente, nota que los mismos responden a causas psíquicas, a un factor ideógeno asociado a un afecto. Por ejemplo, relaciona el mutismo que presentaba Bertha a un hecho acaecido con el padre durante su enfermedad. Mutismo que cesa cuando obliga a Bertha a hablar acerca del mismo. En tal sentido Breuer pide a su paciente que le relate cada día al menos cinco historias, que tenían el carácter de historias fabuladas. 

Sucede algo inédito, distinto, su paciente daba cuenta de sus alucinaciones y de lo que podría haberla contrariado en esos últimos días. Breuer comprueba que cuando en el relato había huellas de las circunstancias en las que el síntoma había aparecido por primera vez, el mismo desaparecía. A este método Bertha lo nomina "Talking cure".     

La amistad y el interés por las enfermedades nerviosas, hizo que Breuer y Freud compartieran sus ideas y observaciones. Así ocurrió con el caso de Bertha que, por lo novedoso del tratamiento y los importantes hallazgos, fue motivo de un entusiasta e indiscreto intercambio, ya que ambos comentaban con su familia y prometida lo que sucedía con Bertha.

Es así que, cuando Martha se entera a través de su novio que parecía existir entre Bertha y el Dr. Breuer una situación particular, decide escribirle a Matilde. Siendo por esta circunstancia que Matilde, discute con su marido y cae en una tristeza poco usual. 

La reacción de ambos médicos con sus esposas, el modo de hacer con el exceso femenino de ambas mujeres, parece ser crucial en el devenir de los acontecimientos. Mientras Breuer decide abandonar el tratamiento e irse de viaje con Matilde a la ciudad de Gmunden, Freud escribe a Martha una carta en la que le llama la atención pero también hace una broma al respecto. Demás está decir que Freud continuó atendiendo a muchas mujeres cuyos historiales conocemos.                                                                                                                                                                       
El desenlace del tratamiento quedaba confuso. Breuer decide interrumpirlo definitivamente. Al otro día, es llamado por la familia y Bertha, presa de dolores de un parto imaginario, lo recibe con estas palabras: "Aquí llega el bebé de Breuer". 

Josef Breuer, como Adán, invita a Bertha a comunicarse y ella, cual Èvie, madre de los vivientes, rápida y suelta de lengua, nomina su invención, y lo hace bajo transferencia. 

Queda testimoniado en el relato del caso cómo Breuer posibilitó tal invención, al ubicarse a partir de su aguda lectura, escucha, dejándose enseñar y alojando aquello que traía Bertha, al modo de que se instale lo que posteriormente se denominó la transferencia, motor de la experiencia analítica.

Confrontada Bertha por un lado con lo que no hay, con lo real del agujero de lo simbólico porque la escritura de la relación sexual es imposible - a ella no le alcanzaban las cinco historias que Breuer le solicitaba relatar- y por otro, con lo que hay de indescifrable, ineliminable, el goce opaco de sus síntomas, Bertha inventa -porque eso se le impone-, algo inédito, relacionado al hacer, a un "saber hacer"nuevo con ese goce opaco que no dejaba de escribirse: la "Talking cure". Se propone poner palabras y curar a través de ellas cada uno de sus síntomas, uno por uno, por un período determinado de tiempo, hasta llegar al primero, donde se había originado su enfermedad. Tal como lo establece Miller en "Piezas sueltas", la Nominación permite entonces que el parloteo se anude a lo real, permite enlazar lo simbólico y lo real. Tal sería la meta de un análisis.

¿Cómo leer entonces el último encuentro entre Bertha y Breuer? Podemos afirmar que, si bien parir tiene que ver con un proceso por el cual el hijo se instala en la escena del mundo, también se refiere a un trabajo de separación, de duelo que apunta a un comienzo.  Algo se deja atrás, algo cae como resto después de cumplir una función, siendo el sujeto mismo ese objeto que cae, que se pierde. Toda separación implica la salida de una escena. La salida de "El bebé de…", para pasar a otra escena, tratándose de un acto, un acto de separación (separar, separere, se- parere, parir, parir-se). Y este acto no está cabalmente cumplido, si no se construye, si no se inventa Otra escena en la que el sujeto habrá de alojarse. 

Durante cuatro años, Bertha estuvo internada. Luego, no se tienen referencias sobre lo que sucedió, salvo el destacadísimo lugar que le concedió la historia, por ser pionera en el campo del trabajo social.

Diez años después del encuentro con el Dr. Josef Breuer, nos hallamos ante una mujer que inventó su propia respuesta femenina. Se convierte en la voz, tomando la palabra (talking) como madre, abogada, defensora, de los derechos de mujeres y niños desamparados; no tuvo temor de acercarse, a pesar de la época, al mundo del goce excesivo femenino de la prostitución en medio oriente, (a cuyas mujeres, que llamaba "sus hijas" les transmitía un "formadas para la devoción al trabajo") enfrentando a hombres y autoridades de igual a igual, lo cual da cuenta de la caída del Otro y lo lejos que esto la llevó, pareciéndose más a una mujer de nuestra época que del siglo XIX.

Podríamos decir con Lacan que, diferentes invenciones se ponen en juego en un análisis, entre ellas "Inventar una mujer", ya que La Mujer no existe. Invenciones sintomáticas que van de la mano de "Un saber hacer" con el goce opaco del síntoma. En Bertha, "Trabajadora social" ¿Es una posible nominación, una posible invención, de su modo de arreglárselas con el goce femenino imposible de escribir?

Freud pide a Breuer escribir acerca de esta única e inédita experiencia. Y al modo de un "Recolector de epifanías", sensible a aquellos momentos de iluminación, de esplendor del ser, de claritas, en los que se develaba una verdad a medio decir, trazó el camino hacia lo que posteriormente se constituyó como las bases en las que se sostendría un nuevo campo, el de la práctica psicoanalítica.

Este breve retorno desde el último Lacan hacia Breuer permite que aquellos que se aventuren en el caso de Anna O y las reflexiones teóricas que se desprendieron del mismo a propósito de la Histeria , no sólo puedan experimentar la categoría intelectual del Dr. Breuer, su "libido médica", su libertad de pensamiento, sino que, desde la enseñanza de Lacan, cobra tal experiencia , el tratamiento de Bertha Pappenheim, su desenlace y el origen del psicoanálisis, un sentido nuevo, un giro inesperado, que en el caso del presente trabajo se ha apoyado en conceptos como nominación, creación, invención y feminidad.

 

Bibliografía

Freud, Sigmund, Obras completas,Estudios sobre la Histeria,4ta edición, Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 1981

Lacan, Jacques, El Seminario23 "El sinthome", 1ª edición, Buenos Aires: Paidós, 2006

Miller, Jacques –Alain, Piezas sueltas, 1ª edición, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Paidós 2013

Maldonado, Nuni, Un amor de transferencia, http://ecole-lacanienne.net/wp-content/uploads/2017/03/Un-amor-de-transferencia.pdf

Borderías, Andrés, La invención del deseo, XVII  Jornadas de la ELP "¿Quieres lo que deseas?". Madrid






 


DialogArte

"Se habla de Gabriel"
 



Por: Mayela Villagran, estudiante CID Guatemala.

 

No solo la clínica psicoanalítica, sino también la literatura, la poesía y otras manifestaciones artísticas dan testimonio de que la relación con el deseo en su real es siempre difícil y paradojal, y que es complicado aceptar que no existe el instinto materno cuando se le impone a la madre amar el ser madre cuando ella es también mujer.

Me encontré con una reseña acerca del largometraje "Los Adioses" recién estrenado en México, que trata acerca de la vida de Rosario Castellanos, escritora mexicana, quien a lo largo de su obra llevó a cabo la búsqueda de su ser de mujer en contraste con la imagen maternal y femenina que se le había impuesto socialmente. Su obra se resiste a repetir posiciones conservadoras y hacer más consistentes las idealizaciones de las figuras de la maternidad;  y da cuenta de que esto no responde siempre al llamado del deseo que habita a una mujer ni a las soluciones inéditas que desde su singularidad le de a su existencia.

Un poema que Castellanos le escribe a su hijo Gabriel, me provocó el intento de  articular algunos puntos que señala Marcelo Barros en su libro "La Madre" y apuntar a su pertinencia.

Marcelo Barros dice que "La maternidad es una experiencia libidinal sostenida por un deseo (…) Hacer de un hijo un falo es entre otras cosas, poder darle un valor libidinal a lo que en principio se presenta como un desecho. Porque lo que la embarazada lleva en el vientre es algo bien extraño, incluso en el mejor de los casos (…) Un hijo es algo que se halla en posición de objeto a, en el delicado borde entre el ser y el no ser, entre el brillo fálico y el desecho". 

Un hijo siempre será algo que adviene, que ocurre. Siempre se trata de un encuentro, que no entra en los cálculos y que llama a albergar algo de la contingencia. 

Se habla de Gabriel

Como todos los huéspedes mi hijo me estorbaba
ocupando un lugar que era mi lugar,
existiendo a deshora,
haciéndome partir en dos cada bocado.
Fea, enferma, aburrida
lo sentía crecer a mis expensas,
robarle su color a mi sangre, añadir
un peso y un volumen clandestinos
a mi modo de estar sobre la tierra.
Su cuerpo me pidió nacer, cederle el paso;
darle un sitio en el mundo,
la provisión de tiempo necesaria a su historia.
Consentí. Y por la herida en que partió, por esa
hemorragia de su desprendimiento
se fue también lo último que tuve
de soledad, de yo mirando tras de un vidrio.
Quedé abierta, ofrecida
a las visitaciones, al viento, a la presencia.

Rosario Castellanos.

 

En el momento en que nace un bebé, nace una madre o no. El vínculo madre-hijo, como todo vínculo presenta aspectos idealizados y aspectos persecutorios.  Marcelo Barros, dice que la llegada del niño se muestra como algo que no es natural y que siempre es de linaje de milagro, fasto o nefasto. 

Si pensamos, ¿de qué mujeres somos hijos? somos hijos de mujeres insertas en el paradigma idealizado que hace equivalente la figura de la mujer y la madre, somos hijos de mujeres que nos transmitieron una profunda ambivalencia: un mandato de proseguir tal paradigma hasta un nivel místico, pero también su dolor, su sacrificio, sus malestares diversos y síntomas frente al posible no deseo de hijo, que algunas mujeres no pueden ni siquiera formularse.

En el uno por uno de los casos pueden observarse maternidades y por ende procesos subjetivos que dan cuenta del agujero que hay entre los términos mujer y madre, dejando ver los puntos de fisura por los que el paradigma grita sus contradicciones, poniendo de manifiesto un corrimiento de los velos encubridores del deseo y en ocasiones poniendo en acto otras salidas inéditas en relación con la feminidad. 

Notas

*Marcelo Barros. La madre. "El instinto materno que no hay". Grama Ediciones, Argentina, 2018.



 


 

Acompañamiento musical



Adiós a la mamá, de Charles Aznavour.
Por: Edna Elena Gómez Murillo, miembro NEL-CdMx

¿Quién toma el lugar?

Adiós a la mamá es el título de la canción que Charles Aznavour pusiera en el mundo con su forma única de hablar del amor y aunque pudiera a momentos formar parte del conjunto de los sentimentalismos, el cantante le otorga  a la letra -en conjunto con la música- aires de lo entrañable. Desde muy temprano en las emisiones de LaLeo pensé en esta pieza, sin embargo es hasta hoy que adviene una muerte, cuando me animo a inscribir algo.

Intento de extraer del discurso de la maternidad algo de un lugar materno.

A la propuesta del Otro alguien habrá de consentir encarnando, dando el cuerpo para alojar, congregar, unificar y empujar a la vida.  Alguien habrá de tomar ese lugar, a su manera y con las múltiples contingencias que implica.

El deseo se propone desde ese lugar que se mueve, hay que perseguirlo, no es siempre el mismo, el recién llegado habrá de buscarlo para enlazarse, para conectarse a una matrix que puede avivar o mortificar. Cuando el hijo admite articular palabras, conjuga, consolida en torno a una fuerza que perturbándolo lo anima, que problematizándolo lo empuja, lo  jala…a crear las formas para estar en el Otro pero no estando del todo…

Si no cierra las fauces, si puede soportar eso que le hace cosquillas y puede vivir así, la madre podrá no estar sometida a la maternidad -discurso loco que busca atrapar en un ser lo femenino- entonces tal vez madre y mujer no sean opuestos y los hijos acudan para acompañar a la madre en su muerte bebiendo algo.

Lo materno es una de las maneras singulares de hacer con el adentro y el afuera, lo éxtimo como el lugar de lo femenino: desde ahí algunas madres rezan el Ave María sabiendo que con ello no se alcanza lo divino, pero que lo divino puede ser arrebatar a cada hijo de la nada…y por qué no, a veces arrojarlo a la nada…

Lo materno es el cuerpo de la madre: eso que no es, que no se tiene, menos aun cuando está por desaparecer. Se trata de una presencia que no se reconoce ni en la lejanía, no hay dimensión más que de un real, el de no conseguir atrapar esa materialidad que queda siempre flotando escapada del rasgo absoluto de un ordenamiento: aunque de ese cuerpo se haya tomado el alimento de la mirada, de la palabra, de la presencia y la ausencia y probablemente del deseo…

El lugar materno invita a soportar al otro pero también a no soportarlo dado que en ese lugar no todo está ordenado por lo simbólico y lo imaginario, el lugar materno es un lazo real al Otro.

 

https://www.youtube.com/watch?v=sLSvz5JSmEg

 

 



 

Nueva Escuela Lacaniana del Campo Freudiano
www.nel-amp.org | [email protected]